Algunas veces las personas se preguntan ¿Porqué
me enferme?, ¿Por qué me siento mal?, ¿Como pudo sucederme a mí?, y
generalmente te mencionan que ellos, hasta esa fecha nunca se habían sentido
mal, sin embargo cuando realizamos el interrogatorio dirigido, encontramos que
esas personas tal vez llevaban incluso años sintiéndose mal, con
manifestaciones clínicas ocasionales, que no son otra cosa más que
señales de alarma que nuestro propio cuerpo utiliza para poder decirnos ¡Oye,
me siento mal!!!!, y mi pregunta entonces es, ¿qué tanto hacemos caso a esas
señales?
No es, hasta que tenemos una crisis de
salud, cuando volteamos a vernos y nos damos cuenta que estamos realmente mal,
asistimos al médico con urgencia, porque sentimos que debemos atendernos lo
antes posible antes de que se agrave el problema, sin embargo no nos damos
cuenta de que el problema ya se agravo, y de que en ocasiones ya es muy tarde.
Si de verdad nos queremos, pero sobre todo
si a nuestros seres amados como esposa, hijos, hermanos o padres los queremos,
generalmente los cuidamos y estamos pendientes de su estado de salid, sin
embargo entonces, ¿Por qué no nos queremos a nosotros mismos?, ¿Por qué no, nos
preocupamos por nosotros?. Mucha gente responde que no tenían tiempo para poder
atenderse, y que no es hasta que tuvieron la necesidad imperiosa de atenderse
que lo hacen, ya sea por haber tenido demasiado trabajo, por evitar gastar en
los honorarios médicos, o medicamentos, por la apatía y desinterés por nuestra
salud.
Existe algo llamado corresponsabilidad en
la salud, y esta significa que el médico no es el único que debe de preocuparse
por el estado de salud del paciente, si no que el paciente se debe de
comprometer por mejorar su salud. ¿Cuál sería la importancia de las mejores
recomendaciones del médico, de los mejores medicamentos, o de las mejores terapéuticas
existentes, si el paciente no se toma la molestia por acatarlas, o mejorar sus hábitos
simplemente? Un caso particular son los pacientes obesos y con problemas de
colesterol o triglicéridos, pacientes a los cuales, se les hacen recomendaciones
reiteradas sobre hábitos higiénicos a mejorar, y sin embargo de 10 pacientes
que podamos ver en la consulta, solo en el mejor de los casos 2 llevan en plan
alimenticio, mejora en sus hábitos alimenticios y dietéticos, y ¡los otros!,
¿Que paso con ellos?
Debemos de hacer conciencia en este
sentido a nuestros pacientes, debemos reeducarlos en una cultura de
corresponsabilidad, porque y a pesar de
ser los mejores médicos que podemos ser, si el paciente no se cuida, no hay
cura!!!!!!
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