Cuantas veces nos hemos llegado a sentir con un cansancio
abrumador, pensamos ¿que nos está pasando? sin embargo muchas veces ese
cansancio desaparece posterior a haber estado con algunos días de reposo,
¡pero! ¿Qué pasa cuando ese cansancio no desaparece?, ¿Qué pasa cuando a pesar
de reposo el cansancio continua y nos afecta en nuestras actividades diarias?
Antes que nada, debemos recurrir siempre al profesional de la salud, nunca
hacer caso omiso a la sensación de fatiga
o cansancio ya que este puede ser el único síntoma de alguna enfermedad
que estemos comenzando a presentar. Sin embargo cuando ya se valoro al paciente
con estudios clínicos y mentales y se descartaron las posibles causas de origen
de la fatiga podemos entonces decir que estamos ante un cuadro de fatiga
crónica.
De acuerdo a la definición de caso de los CDC de Atlanta, el
síndrome de fatiga crónica se presenta si el paciente cumple posterior de haber
sido evaluado clínicamente dos de los siguientes criterios
1.
Que la persona tenga fatiga crónica intensa
durante 6 meses consecutivos o más, que no se deba a un esfuerzo actual o a
otras afecciones asociadas a la fatiga (descartadas por un medico posterior a
las pruebas pertinentes)
2.
Que la fatiga infiera de manera significativa
con las actividades diarias y el trabajo
3.
Que la persona tenga simultáneamente 4 o más de
los siguientes síntomas
a.
Malestar durante más de 24 hrs después de un
esfuerzo físico
b.
Sueño no reparador
c.
Deterioro significativo de la memoria a corto
plazo o la concentración
d.
Dolor muscular
e.
Dolor en las articulación sin inflamación
f.
Cefalea
g.
Sensibilidad en los ganglios linfáticos
h.
Dolor en garganta frecuentemente
Estos síntomas no deben haber precedido a la fatiga.
En
este caso el cansancio es de tipo
intenso e incapacítate que no mejora con el descaso en la cama y a menudo puede
empeorar con la actividad física o mental. Es un tipo de cansancio generalizado
que puede reducir drásticamente los niveles de actividad y la resistencia de
una persona.
Otros
síntomas que pueden aparecer son:
1.
Dificultad para pensar (pensamiento nublado)
2.
Dificultad para mantener la posición erguida,
mareos, desmayos, problemas de equilibrio
3.
Alergias o sensibilidad a alimentos
4.
Colon irritable
5.
Escalofríos y sudores nocturnos
6.
Alteraciones visuales
7.
Depresión o problemas sicologicos
En este contexto es muy importante e imperativo que no
existan patologías como hipotiroidismo,
cuadros depresivos mayores con síntomas sicóticos, esquizofrenia, estados
afectivos bipolares o demenciales, así como trastornos alimenticios como anorexia o
bulimia nerviosa, enfermedades de origen viral como antecedente de hepatitis
viral B o C, VIH, sífilis.
Sin embargo en el caso del hipotiroidismo, una vez
controlado y documentada previamente la eficacia del tratamiento y en presencia de la persistencia de
sintomatología, no se excluye el diagnostico de fatiga crónica.
Se menciona un origen multicausal, en la que, en varios estudios se ha encontrado relación
con el virus de Epstein Barr mejor conocida como mononuclesis, así como otros
virus de la familia de los herpes virus, entero bacterias , entre otros.
A pesar de todos los adelantos tecnológicos y científicos
aun no hay una relación definitiva entre un tipo de infección y el desarrollo
de síndrome de fatiga crónica, asi mismo se ha relacionado la aparición de los
síntomas con cuadros de tipo alergénico pero su relación no ha sido
correctamente dilucidada ni confirmada, de igual forma alteraciones de tipo
hormonal del eje hipotálamo-pituitario-adrenal se ha visto probablemente
comprometido, con la disminución concomitante en la producción de cortisol,
que puede ser secundario a la alteración
de la hormona adrenocorticotropina por el estrés que muchos pacientes refieren
previo a la aparición de los síntomas.
La hipotensión mediada neuralmente (HMN) también comparte
ciertas características del cuadro de SFC, por lo que es necesario realizar pruebas
de mesa inclinada y monitoreo de la presión arterial para poder valorar y
descartar esta patología.
Por tanto debemos pensar en cuadro de SFC cuando nuestro
paciente cumpla con los criterios antes mencionados ya que actualmente se
encuentra subestimada este tipo de patología, para ello debemos de realizar un
anamnesis correcta, que incluya antecedentes patológicos y heredofamiliares,
indagar en las actividades y hábitos sexuales del paciente así como cualquier
otra conducta de riesgo que pueda tener, realizar una exploración física completa
y detallada, descartar posibilidades de
la fatiga con estudios clínicos pertinentes, así como exámenes mentales que
descarten o excluyan cuadros de origen psicológico o psiquiátrico, finalmente
si después de realizar todo lo anterior no encontramos el origen podremos
concluir que estamos ante la presencia de un cuadro de síndrome de fatiga crónica,
el cual como observamos es por exclusión, ya que no existen actualmente pruebas
de laboratorio o imagen que nos ayuden a poder identificarlo.
Actualmente no existe una cura para el Síndrome de Fatiga Crónica,
sin embargo el control de los síntomas,
la mejora en su funcionamiento y actividades de la vida diaria puede ser
ofertada a los pacientes.
Debemos preocuparnos por nuestros pacientes de que tanto les
afecta este padecimiento, recordemos que el grado de fatiga puede afectar sus
actividades diarias así como laborales, y esto a su vez afectar su medio
social, ya sea por falta de rendimiento en el trabajo, o como esposo, o como padre, por ello a todos
nuestros pacientes con cuadro de SFC se les debe ofertar consulta con el psicólogo
donde las terapias cognitivo conductuales pueden mejorar el rendimiento de los
pacientes, así mismo el psicólogo será capaz de guiar al paciente en la aceptación
del padecimiento y en la posible depresión que reproduzca en él, el hecho de
padecer una enfermedad crónica, a su vez, un programa de ejercicios gradual producirá
que nuestro paciente se reincorpore en actividades que antes no podía realizar,
y poco a poco restablezca sus funciones normales, por ultimo debemos educar a
nuestros pacientes sobre mejora del sueño, evitando el uso de sedantes,
promoviendo la higiene del suelo con recomendaciones tales como: usar solo la
cama para dormir y mantener relaciones sexuales, evitar leer o ver la televisión
en ella, acostarse y despertar siempre a la misma hora, así como evitar consumo
de alimentos antes de ir a dormir.
Pensar siempre en las posibles complicaciones en el entorno
social de nuestro paciente nos permitirá ir un paso delante de las posibles
complicaciones y recaídas del mismo, pensemos que aunque no muy común en
nuestro medio el diagnostico, no quiere decir que no exista y que muchos de
nuestros pacientes la puedan padecer, evitemos ofrecer polivitamínicos ya que
no los requieren y hagamos conciencia a nuestros pacientes de las posibilidades
diagnosticas a las que se pueden enfrentar.
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