lunes, 7 de abril de 2014

Síndrome de Fatiga Cronica

Cuantas veces nos hemos llegado a sentir con un cansancio abrumador, pensamos ¿que nos está pasando? sin embargo muchas veces ese cansancio desaparece posterior a haber estado con algunos días de reposo, ¡pero! ¿Qué pasa cuando ese cansancio no desaparece?, ¿Qué pasa cuando a pesar de reposo el cansancio continua y nos afecta en nuestras actividades diarias? Antes que nada, debemos recurrir siempre al profesional de la salud, nunca hacer caso omiso a la sensación de fatiga  o cansancio ya que este puede ser el único síntoma de alguna enfermedad que estemos comenzando a presentar. Sin embargo cuando ya se valoro al paciente con estudios clínicos y mentales y se descartaron las posibles causas de origen de la fatiga podemos entonces decir que estamos ante un cuadro de fatiga crónica.

De acuerdo a la definición de caso de los CDC de Atlanta, el síndrome de fatiga crónica se presenta si el paciente cumple posterior de haber sido evaluado clínicamente dos de los siguientes criterios
1.       Que la persona tenga fatiga crónica intensa durante 6 meses consecutivos o más, que no se deba a un esfuerzo actual o a otras afecciones asociadas a la fatiga (descartadas por un medico posterior a las pruebas pertinentes)

2.       Que la fatiga infiera de manera significativa con las actividades diarias y el trabajo
3.       Que la persona tenga simultáneamente 4 o más de los siguientes síntomas
a.       Malestar durante más de 24 hrs después de un esfuerzo físico
b.      Sueño no reparador
c.       Deterioro significativo de la memoria a corto plazo o la concentración
d.      Dolor muscular
e.      Dolor en las articulación sin inflamación
f.        Cefalea
g.       Sensibilidad en los ganglios linfáticos
h.      Dolor en garganta frecuentemente

Estos síntomas no deben haber precedido a la fatiga.
En este caso el cansancio es  de tipo intenso e incapacítate que no mejora con el descaso en la cama y a menudo puede empeorar con la actividad física o mental. Es un tipo de cansancio generalizado que puede reducir drásticamente los niveles de actividad y la resistencia de una persona.

                Otros síntomas que pueden aparecer son:

1.       Dificultad para pensar (pensamiento nublado)
2.       Dificultad para mantener la posición erguida, mareos, desmayos, problemas de equilibrio
3.       Alergias o sensibilidad a  alimentos
4.       Colon irritable
5.       Escalofríos y sudores nocturnos
6.       Alteraciones visuales
7.       Depresión o problemas sicologicos
En este contexto es muy importante e imperativo que no existan  patologías como hipotiroidismo, cuadros depresivos mayores con síntomas sicóticos, esquizofrenia, estados afectivos bipolares  o  demenciales, así como  trastornos alimenticios como anorexia o bulimia nerviosa, enfermedades de origen viral como antecedente de hepatitis viral B o C, VIH, sífilis.
Sin embargo en el caso del hipotiroidismo, una vez controlado y documentada previamente la eficacia del tratamiento  y en presencia de la persistencia de sintomatología, no se excluye el diagnostico de fatiga crónica.
Se menciona un origen multicausal, en la que,  en varios estudios se ha encontrado relación con el virus de Epstein Barr mejor conocida como mononuclesis, así como otros virus de la familia de los herpes virus, entero bacterias , entre otros.
A pesar de todos los adelantos tecnológicos y científicos aun no hay una relación definitiva entre un tipo de infección y el desarrollo de síndrome de fatiga crónica, asi mismo se ha relacionado la aparición de los síntomas con cuadros de tipo alergénico pero su relación no ha sido correctamente dilucidada ni confirmada, de igual forma alteraciones de tipo hormonal del eje hipotálamo-pituitario-adrenal se ha visto probablemente comprometido, con la disminución concomitante en la producción de cortisol, que  puede ser secundario a la alteración de la hormona adrenocorticotropina por el estrés que muchos pacientes refieren previo a la aparición de los síntomas.

La hipotensión mediada neuralmente (HMN) también comparte ciertas características del cuadro de SFC, por lo que es necesario realizar pruebas de mesa inclinada y monitoreo de la presión arterial para poder valorar y descartar esta patología.

Por tanto debemos pensar en cuadro de SFC cuando nuestro paciente cumpla con los criterios antes mencionados ya que actualmente se encuentra subestimada este tipo de patología, para ello debemos de realizar un anamnesis correcta, que incluya antecedentes patológicos y heredofamiliares, indagar en las actividades y hábitos sexuales del paciente así como cualquier otra conducta de riesgo que pueda tener, realizar una exploración física completa y detallada, descartar  posibilidades de la fatiga con estudios clínicos pertinentes, así como exámenes mentales que descarten o excluyan cuadros de origen psicológico o psiquiátrico, finalmente si después de realizar todo lo anterior no encontramos el origen podremos concluir que estamos ante la presencia de un cuadro de síndrome de fatiga crónica, el cual como observamos es por exclusión, ya que no existen actualmente pruebas de laboratorio o imagen que nos ayuden a poder identificarlo.

Actualmente no existe una cura para el Síndrome de Fatiga Crónica, sin embargo  el control de los síntomas, la mejora en su funcionamiento y actividades de la vida diaria puede ser ofertada a los pacientes.
Debemos preocuparnos por nuestros pacientes de que tanto les afecta este padecimiento, recordemos que el grado de fatiga puede afectar sus actividades diarias así como laborales, y esto a su vez afectar su medio social, ya sea por falta de rendimiento en el trabajo,  o como esposo, o como padre, por ello a todos nuestros pacientes con cuadro de SFC se les debe ofertar consulta con el psicólogo donde las terapias cognitivo conductuales pueden mejorar el rendimiento de los pacientes, así mismo el psicólogo será capaz de guiar al paciente en la aceptación del padecimiento y en la posible depresión que reproduzca en él, el hecho de padecer una enfermedad crónica, a su vez, un programa de ejercicios gradual producirá que nuestro paciente se reincorpore en actividades que antes no podía realizar, y poco a poco restablezca sus funciones normales, por ultimo debemos educar a nuestros pacientes sobre mejora del sueño, evitando el uso de sedantes, promoviendo la higiene del suelo con recomendaciones tales como: usar solo la cama para dormir y mantener relaciones sexuales, evitar leer o ver la televisión en ella, acostarse y despertar siempre a la misma hora, así como evitar consumo de alimentos antes de ir a dormir.


Pensar siempre en las posibles complicaciones en el entorno social de nuestro paciente nos permitirá ir un paso delante de las posibles complicaciones y recaídas del mismo, pensemos que aunque no muy común en nuestro medio el diagnostico, no quiere decir que no exista y que muchos de nuestros pacientes la puedan padecer, evitemos ofrecer polivitamínicos ya que no los requieren y hagamos conciencia a nuestros pacientes de las posibilidades diagnosticas a las que se pueden enfrentar.

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